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Con el tiempo hemos olvidado los muchos beneficios de los calcetines de lana. En este artículo explicamos por qué conviene usarlos en lugar de limitarse a los de algodón, aunque estos sean más comunes y, por lo general, más baratos.
¿Por qué la gente usa calcetines de algodón?
El algodón es económico y bastante práctico para el uso diario. Para la mayoría, un calcetín es un calcetín de algodón: no se espera un rendimiento especial.
Esto es aún más cierto hoy, ya que los calcetines de lana siguen siendo más difíciles de encontrar en el comercio. La deslocalización hacia países con algodón y mano de obra baratos ha amplificado el dominio del algodón. También influyeron el auge de las fibras sintéticas y la fama de la lana como “áspera” en los años 70, cuando las técnicas de acabado no eran comparables a las actuales.
Así, con el tiempo, hemos olvidado en parte los beneficios de la lana y de los calcetines de lana: incluso hemos llegado a olvidar que la lana existe.
Sin embargo, los usuarios informados saben que los calcetines de lana ofrecen muchas ventajas y propiedades beneficiosas.
1. Los calcetines de lana previenen el mal olor de pies
El mal olor se debe principalmente a microorganismos cuyo crecimiento aumenta con el calor y la humedad, en especial durante el esfuerzo y cuando los pies están encerrados en el calzado. Los calcetines de lana ayudan a prevenirlo porque estabilizan la temperatura de los pies y reducen los picos térmicos. Con una mejor regulación térmica no hay proliferación microbiana y los pies no huelen.
2. Los calcetines de lana ayudan a mantener la temperatura corporal
Los calcetines de lana mantienen los pies frescos en verano y calientes en invierno. Durante la actividad, la lana mantiene seco y fresco porque las fibras absorben hasta un 30% de su peso en agua, conservando una superficie seca. Esto aporta un efecto refrescante en el esfuerzo. El exceso de humedad se transporta al exterior del calcetín.
Cuando te descalzas, aunque notes los pies secos, toca el exterior del calcetín y comprobarás que está húmedo.
3. Los calcetines de lana absorben y expulsan la humedad
Como la lana “respira” (permite circular el vapor de agua y el sudor), regula eficazmente la humedad. Tus pies se mantienen secos.
En cambio, los calcetines de algodón actúan como una esponja. Absorben el sudor sin poder evacuarlo. Tus pies quedan en un calcetín húmedo, lo que favorece el crecimiento de microorganismos causantes del mal olor.
En verano, la sensación de frescor que aporta la humedad retenida por el algodón, que se seca periódicamente con el aire (si el calzado es transpirable), puede resultar agradable, ¡pero los olores no desaparecen!
En invierno y con calzado poco transpirable, los pies se enfrían y desprenden mal olor.
Confort, uso y cuidado
Los calcetines de lana son especialmente interesantes para quienes pasan mucho tiempo al aire libre o practican deportes de invierno. A diferencia del algodón, la lana permite fabricar calcetines gruesos que ayudan a mantener los pies aún más calientes.
En senderismo, los calcetines de lana protegen los pies al absorber parte de los impactos, sobre todo en caminos difíciles.
Un buen par de calcetines de lana suele costar más que uno de algodón. No obstante, por el confort que aportan, esa diferencia se convierte en una excelente inversión. Además, los calcetines de lana, especialmente los gruesos, pueden durar varios años.
En cuanto al lavado, un buen par de calcetines de lana puede lavarse a máquina desde 30°C sin encoger. Algunas calidades superiores admiten lavado a 60°C, lo que ayuda a eliminar los microorganismos causantes del mal olor.
En resumen, recuerda que los calcetines de lana eliminan los olores, ayudan a mantener los pies calientes en invierno y frescos en verano, y absorben la humedad para garantizar comodidad a cualquier temperatura.